Calabria durante la primavera ofrece un espectáculo encantador para los sentidos, con la naturaleza despertando en toda su belleza. La temporada no solo ofrece paisajes impresionantes, sino también fiestas tradicionales, especialmente las celebraciones de Semana Santa que aún se viven con gran intensidad. Los ritos de la Semana Santa en Calabria, que mezclan lo sagrado y lo profano, harán que los viajeros de las raíces revivan una experiencia inmersiva en los aspectos más íntimos de la espiritualidad calabresa.
De norte a sur de la región se transmiten tradiciones centenarias que evocan costumbres y tradiciones ancestrales.
Citas que no debe perderse
No hay que perderse los ritos greco-bizantinos de la Pascua Arbëreshë (Pashkët), uno de los momentos más esperados del año.
Visitar estos pueblos de Calabria, durante la Semana Santa, significa ser testigo de uno de los momentos más significativos para la comunidad, que celebra este evento con una mezcla de devoción religiosa y alegría contagiosa que culmina con el tradicional «Vallje», las características danzas de victoria y liberación en las que los bailarines son fácilmente reconocibles por la vestimenta tradicional de colores brillantes, adornado con llamativas joyas.
Solemnes procesiones desfilan por las estrechas calles del pueblo, acompañadas de cantos sagrados que narran la resistencia contra los turcos. En la víspera de Pascua, las familias Arbëreshë se reúnen alrededor de mesas cargadas de delicias locales. La convivencia se prolonga hasta altas horas de la noche, entre historias de ancianos y bailes tradicionales que involucran a grandes y pequeños.
En la zona griega de Bova, en cambio, se puede presenciar el rito ancestral de los Perséfonos, que representa una combinación de lo sagrado y lo profano, con una procesión que mezcla el mito y el rito cristiano. Durante el Domingo de Ramos, una procesión lleva por las calles del pueblo las estatuas de Perséfone (también conocido como Pupazze) que simbolizan la riqueza de la tierra.Se trata de una procesión de figuras antropomorfas femeninas hechas de hojas de olivo entrelazadas, aplicadas sobre soportes de juncos silvestres y decoradas con cintas de colores, encajes, ramas de mimosa, flores, frutos y primicias de la temporada incluyendo aceitunas, habas, bergamota, mandarinas. Es tarea de los agricultores implementar con habilidad y paciencia el complejo proceso de tejer las hojas y ensamblar los elementos vegetales.
Este laborioso proceso también incluye la diferenciación entre madres e hijas en función del tamaño de las figuras. Los títeres representan un vínculo con el mito griego de Perséfone y Deméter, evocando antiguos ritos precristianos y mitos de origen Magna Grecia. Estrechamente ligada al ciclo de las estaciones, a lo largo del tiempo, después de la influencia bizantina y la latinización, esta tradición se ha adaptado a la liturgia cristiana del Domingo de Ramos. Los títeres se convierten así en un símbolo único que mezcla elementos paganos y cristianos, testimoniando una rica historia de continuidad cultural y espiritual.
Entre los ritos más intensos de la Pascua en Calabria se encuentran los de los vattienti, golpes o flagelación, que tienen lugar en Nocera Terinese y Verbicaro. Estos ritos, aunque sangrientos, conservan una veneración arraigada en el pasado y constituyen elementos esenciales de la identidad local y del patrimonio cultural.
Numerosos pueblos calabreses, como Polistena, Rosarno, Soriano Calabro, Briatico, Badolato, celebran, además de las sugestivas procesiones del Viernes Santo, la «Affruntata», un evento evocador que traza el encuentro entre Cristo Resucitado y la Virgen y que se celebra el Domingo de Pascua. En Briatico, además de la Affruntata, está la Infiorata di Potenzoni, una ocasión que atrae a turistas y curiosos para admirar obras de arte hechas con flores, arenas, madera y elementos naturales.
Delicias culinarias:
Hay muchos alimentos vinculados a la tradición de Pascua, la inconfundible Jova de Pascua del rito oriental, o los huevos de Pascua de color rojo de los pueblos Arbëreshë; cuzzupe, dulces con forma trenzada con huevos duros y chispas de colores como decoración, conocidos en otras zonas de Calabria como sgute, cululi o cudduraci; la Nepitelle, raviolis rellenos de morcilla, vino cocido, pasas, higos y frutos secos.
En conclusión, asistir a las celebraciones de Semana Santa traerá de vuelta al viajero de las raíces para experimentar los ritos ancestrales vividos por sus antepasados que se han repetido durante siglos según la tradición, intactos en su encanto ancestral.